El lugar de Dios
Los Magos de Oriente llegaron al pesebre a adorar al Niño Dios y le llevaron regalos para halagarle, para reconocerle como Dios. Llegar al pesebre y tener el privilegio de estar ante Su presencia es el único regalo que recibieron los Magos, según lo que se plantea en el relato. El gran regalo es tenerlo como una presencia real en la vida de un@. Saber que nunca se está sol@, que no importa lo que suceda o deje de suceder en la vida de un@, no hay que enfrentarlo sol@.
Una de mis luchas en mi crecimiento espiritual ha sido el aclarar cuál es el lugar de Dios en mi vida. En un momento en particular me sentía incómoda cuando oraba porque de repente era una lista de lo que yo quería que Dios hiciera, peticiones que al final parecían más bien una lista de instrucciones. YO DANDOLE INSTRUCCIONES A DIOS!! Ridículo!! Sentía que le daba el lugar de un sirviente que debía complacer mis necesidades.
Con el tiempo he comprendido que no hay necesidad de que le diga lo que necesito porque ya lo sabe... no solo lo sabe, sabe cuándo lo que yo pienso que necesito, no me conviene para nada. Su diseño para mi vida es perfecto, no necesita mi ayuda para nada!! De modo que mi oración, es un espacio de meditación donde conecto, al igual que los Magos, con el impacto de Su presencia y me sumerjo en ella. Agradezco el privilegio de su presencia, su compañía, su orientación, su apoyo, su amor, su gracia, su protección continua en mi vida.
Los comercios se han ingeniado para hacernos creer que somos nosotr@s los que merecemos regalos este día y nos lo hemos creído. Hoy es un día para reconocer el gran regalo de Su presencia en nuestra vida.
Así nos ayude Dios!
Ceci