Life training!!

Si nos dieran un entrenamiento antes de lanzarnos a esta experiencia de vida, nuestras posibilidades de tener aciertos y evitar errores seguramente sería mucho mayor. Seríamos capaces de tomar mejores decisiones, evitar ser lastimados o lastimar a otras personas. Tal vez tendríamos mejor control de las variables en nuestra vida. Pero no es así... el juego de la vida tiene otras reglas.

Desde que nacemos estamos aprendiendo en la marcha, "learning by doing"... cometiendo errores y aprendiendo de ellos. Con cada caída fue que afinamos el balance para caminar, correr bici o patines; cada arroz que se nos quemó, amogolló o quedó soso, nos ayudó a perfeccionar la receta; cada decepción amorosa nos permitió depurar lo que deseamos y no deseamos en una pareja, en una relación. Lamentablemente, en ese modelo de aprendizaje es inevitable lastimar y lastimarse. Nuestros errores acarrean un precio para nosotros o para otros... y a veces lastimamos a los que más amamos.

El dolor es parte inherente del crecimiento. Cuando le crecen los dientes al bebé, le duele, cuando el adolescente estira, le duele... de igual forma, las malas decisiones y sus consecuencias, nos duelen. Aunque no nos agrade, ese dolor es bueno y es necesario, porque ese dolor nos mueve a cambio, nos hace crecer. El deseo de vencer ese dolor nos lleva a ser mejores personas, a fortalecer nuestras capacidades y a aprender destrezas nuevas.

Pero, ¿qué pasa cuando en vez de movernos a crecer, nos abrazamos a ese dolor y nos sumimos en culpa y reproches por el dolor que hemos causado? La finalidad del juego de la vida es crecer y evolucionar... no detenernos y estancarnos. La culpa y el reproche nos castiga, nos limita, nos encierra en la cárcel de pensamientos limitantes que nos cohiben de luchar, aceptar y vivir el potencial que tenemos y merecemos vivir.

Los errores que cometemos en la vida no nos definen como personas, ni deciden nuestro valor... son solo vivencias en un proceso de crecimiento que debemos enfrentar con compasión y auto-perdón. Lo que nos define es el valor que tenemos para superarnos y sanar. Esa energía que se malgasta en el auto reproche, debe ser energía que se utilice para sanar y luchar por ser mejores cada día. Debemos amarnos con nuestras arrugas y verrugas y perdonar nuestros errores. Solo así apoyamos nuestra evolución y alcanzamos nuestra paz

Ceci

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